Nuestras Cadenas…

Nuestras Cadenas…

A mi parecer el mundo está lleno de cadenas. No todas son iguales, ni esclavizan igual, pero esclavizan al fin y al cabo. Tiene cadenas aquel que necesita tomarse tres copas para cerrar un acuerdo de negocios importante, pero igualmente es esclavo aquella persona que no puede vivir sin su pareja, aunque en la relación haya más necesidad que amor. 
Es esclavo aquel joven que tiene que hacer la tarea para clase para jugar al videojuego, pero mientras hace la tarea no puede quitarse de la cabeza la necesidad de jugar que tiene.

Esclava o esclavo aquella chica o chico que sale a pasear por el centro y no puede irse a casa sin haber comprado algo de ropa, aunque sea algo accesorio de poco valor, que además rara vez se podrá. 

Con la época de crisis que tenemos y hemos tenido se han perdido muchísimos puestos de trabajo, pero también la calidad de los trabajos que han sobrevivido o surgido ha cambiado. Ahora existe una tensión y miedo a perder el trabajo. La reforma laboral y el abaratamiento del despido han hecho de nuestro entorno laboral un mundo que genera ansiedad y una percepción del futuro inestable. Antes importaba más vivir, ahora importa más cómo vivir. Todo esto ha propiciado esclavos del trabajo. Personas que echan diez horas al día, cobran cuatro y cotizan una. Y pasan el resto de horas del día pensando en el trabajo, afectando gravemente a la calidad del tiempo que pasan viviendo.

Somos esclavos de los relojes, de las obsesiones materiales e incluso de las opiniones.

Por el trabajo que llevamos en consulta nos permite conocer otro tipo de cadenas que en la sociedad pasan más desapercibido, como puede ser la cadena que a una madre no le deja hacer libre a su hijo, y esto le está destrozando la vida a ambos, o la cadena a la comodidad y a la pereza que hace a un hombre odiarse por esos kilos que le sobran o su vida desordenada, pero hacer algo por cambiar esa situación supone un coste demasiado alto para su voluntad.

Cadenas que destruyen la autoestima de cualquiera, como la cadena a la perfección, tan peligrosa como irreal, pues nunca tendrán la sensación de que todo está perfecto, siempre faltará un pequeño detalle que hará que el resultado no sea lo suficientemente bueno para sentir satisfacción. La cadena de la perfección implica que la persona siempre creerá que es una fracasada, porque nunca será perfecta.

  
Cadenas a pensamientos, culpas y miedos…
¿Y tú?¿Qué cadenas tienes que te impidan ser libre? ¿Eras consciente de ellas?

Ana B. Vázquez.

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